martes, 28 de abril de 2015

28/04/2015 BH

No fue en una playa de arena blanca mirando el sol morir en el mar azul, calmo y eterno. No fue en el pico de una montaña sintiendo el viento en la cara y el pasto escurriéndose entre los dedos de los pies descalzos. Fue en el cemento gris y sucio. Entre el humo espeso. El zumbido triste de los híbridos auto-gente, corriendo atrás de las horas por veredas mustias. Entre las tribus en casas de cartón que estiran los brazos implorando una moneda. A la sombra de edificios que se elevan como espejos gigantes acariciando las nubes, reflejando el color apagado de las calles contra el vivo azul del cielo. Caminando entre zombies de ojos vacíos que fuman su alma por tubos de plástico, escondidos en oscuros rincones. Como si necesitara ese peso aplastándome. Exprimiéndome hasta la última gota. Como el mecanismo de defensa de un bicho extraño. Explotando. Como una bomba ante el impacto. Las palabras, como esquirlas cortando el aire. Vuelvo a escribir.

jueves, 23 de abril de 2015

EL CÍRCULO

El pie sucio aplasta la lata, la mano la tira en la bolsa. En su mano otra lata, limpia, fría, entre pisotón y pisotón se la pasan , cada uno le da un trago. La acción se repite muchas veces. Yo miro por la ventana del bondi, el sol prende fuego Río y casi no se puede respirar. Me despego la remera del cuerpo cada cinco minutos. Ellos están al rayo del sol, viven al sol, sus espaldas se queman a través de las camisas llenas de tierra. Uno da el último trago y aplasta la lata, la tira en la bolsa junto a las otras, el círculo se cierra. El semáforo cambia a verde y el colectivo se mete de nuevo en el caos del tráfico, yo vuelvo a casa. Ellos están en su casa. Se sientan en el pasto con el botín de aluminio en la bolsa. El sol arde allá arriba, quemándonos a todos. Yo vuelvo a casa. Ellos viven acá.