domingo, 16 de octubre de 2011

LIGHTS OUT

Y se fueron apagando las luces de tu cabeza, una a una, como las habitaciones de una casa que se va quedando dormida, y para recorrerla hay que acostumbrar los ojos a la oscuridad. Tratar de acordarse donde esta todo, para no tropezarse, para andar de memoria, sin ver, sin pensar.

sábado, 3 de septiembre de 2011

9 A.M

En la distancia escucho una lijadora, un ruido ensordecedor, que aumenta cada vez más - ¿O es una agujereadora?- hay chirridos de metal, voces, gritos, golpes -¿O es una sierra?- De pronto, silencio total… Paz… Pero vuelve, ahora con más fuerza, con agresividad, entonces lo entiendo, están destrozando mi puerta, me encontraron, vienen a buscarme…
Ahí es cuando me despierto por completo.¿Quien viene a buscarte? Estúpido paranoico. Descubro con horror que mi vecino decidió… ¿Redecorar el living? ¿Construir un bote? ¿Destruir por completo su casa?... Quién sabe, pero pensó que el mejor momento para hacerlo era un sábado a las 9 de la mañana, no puedo culparlo, cada cual hace lo que puede para mantenerse cuerdo.
Miro el reloj, tres horas de sueño, no es suficiente, aunque no me siento tan mal e intentar volver a dormir es entrar en una discusión con mi cerebro que sé que no voy a ganar. Tengo que levantarme.
El movimiento es rápido y brusco, descubro con desagrado que los demonios de mi cabeza siguen de juerga y no les gusta para nada mi actitud. Soy el vecino que viene a tocar a la puerta en lo mejor de la fiesta para pedir que bajen el volumen. Obviamente no soy bien recibido. Me golpean con todo lo que tienen: náuseas, dolor de estómago, jaqueca, todo en un solo ataque certero y decidido, como un boxeador que tensa su cuerpo y concentra toda su rabia en un solo puño directo a la mandíbula, el impacto da resultado, beso la lona inmediatamente, he sido derrotado.
Por varios minutos permanezco inmóvil esperando que suene la campana, que den por terminada esta masacre y me dejen dormir. Pero entre las grietas de la persiana entra un haz de sol que me da justo en los ojos, trato de cerrarlos y la habitación se vuelve roja, sangre, fuego…Estoy desvariando…
Decido intentarlo de nuevo, pero esta vez de a poco, un paso a la vez, lentamente. En unos minutos lo logro, he triunfado, esta pequeña victoria me entusiasma tanto que me dispongo a abrir las persianas.
El fuego se mete en la habitación antes de que pueda reaccionar, la primera impresión duele. Me siento como Bela Lugossi en un día de campo, pero enseguida me adapto y logro abrir los ojos. Los engranajes de mi cabeza están definitivamente oxidados, trabados, rotos no sé... pero estoy seguro de que se trata de alguna especie de desperfecto técnico.
Todo lo que veo es una luz titilando, como un auto que empieza a quedarse sin combustible, una luz naranja y brillante parpadeando en la oscura inmensidad del tablero, la señal esta un poco borrosa pero logro distinguirla: Café.
Giro lentamente mi cabeza, con la seguridad de que alguien se metió en mi casa anoche y cambio mi cerebro por un yunque, el esfuerzo es monumental, me doy cuenta que el camino entre la habitación y la cocina es excesivamente largo ¡Maldito arquitecto! ¡Deberían colgarlo!
Emprendo el viaje, al empezar a moverme siento el peso de una enorme escafandra sobre los hombros, como esos antiguos trajes de buzo o como un astronauta que deja la seguridad de la nave para aventurarse en el negro y desconcertante espacio exterior -“Ladies and gentlemen we are floating in space”-.
Cada paso requiere concentración y precisión, pero me esfuerzo al máximo y alcanzo la meta. Inclino la taza y la brea negra corre por mi garganta quemándola, no me importa, cumple con su misión. A la segunda taza empiezo a sentir como giran los engranajes, la máquina vuelve a funcionar. Me acerco a la ventana y veo a mi vecino bañado en aserrín fumando un cigarrillo, esta descansando, traerme de vuelta a la vida debe haber sido un arduo y estresante trabajo. Levanto la taza y le sonrío en agradecimiento, él levanta la mano y me saluda confundido.

miércoles, 25 de mayo de 2011

DESPEGUE

Vimos a los nuevos líderes
Envueltos en sudor
Retorciéndose en violentos espasmos
Las tóxicas mentes del mañana
1000 ojos encendidos como antorchas
500 almas incendiándose
500 cerebros explotando en una sola estampida
La nave despegó
Las turbinas escupieron fuego
Y la bestia se elevó en la noche
Como un ave extraña y salvaje.
Su vuelo fue decidido y feroz
Su única meta:
Subir
Abajo quedaron los días y el hombre
Arriba hubo sólo luz
Inundando todo
Incendiándole los huesos
Hasta hacerla estallar
En una lluvia de cenizas encendidas
Que cayeron sobre nosotros
Quemándonos la piel
Para apagarse segundos después
Dejando en el aire un sabor amargo.
Entonces
Solo quedó acurrucarse
A esperar el alba
Y absorber los rayos del sol
Como plantas
Plantas en las esquinas
Plantas en los techos
Y en las puertas de las casas
Alimentándose del nuevo día
Y esperando el próximo conteo.


NO HABLAN

Sus bocas se mueven, se escuchan palabras
Pero no hablan
Se miran a los ojos
Asienten
Sonríen
Se enojan
Pero no hablan
Se saludan
Se abrazan
Se gritan
Pero no hablan
Se aman
Se odian
Se envidian
Se quieren
Se conocen
Se miran a los ojos
Pero nunca
Nunca hablan.

ENTROPIA

Cuando las figuras perfectas se vuelven absurdas
queriendo resistir, casi agonizando en el desordenado entorno
toda la estructura comienza a quebrarse, a ceder
y nace un ruido, como un grito
desde adentro, como una alarma
haciendo eco en el cráneo
como un eterno llanto
pero no lo escuchamos, solo nos sentamos,
satisfechos al verla estallar.

SOBRE BUSQUEDAS Y QUEMADOS

amontonados, gritando
riendo, buscando
sin saber que
tal vez emociones
pero de esas fuertes
las que te golpean directo a la cabeza
en esas noches demenciales donde
risa y llanto se juntan
como los mejores amantes
todos van detrás, cegados
quemándose uno a uno en la pira
y sin embargo no ceden
hasta que alguno llegue
y cuando este en la cima
en la ardiente cumbre del volcán
se preguntara ¿para qué?
para caer, ser uno solo con las llamas,
quemarse vivo, y después seguir buscando
el, yo, todos nosotros, buscamos
sin saber que.