miércoles, 28 de diciembre de 2016

CORAZÓN

Puedo perder la billetera, las llaves, el celular. Puedo perder un brazo, un ojo, las dos piernas. Puedo perder la cabeza , la razón, el juicio, la compostura. Pero al corazón no lo pierdo, por más que lo intente. Siempre vuelve, domina en mí. Para bien o para mal.

EL RÍO

El río habla en un rugido constante. Cuando está alto grita bien fuerte. Cuando está bajo es suave, como un murmullo. Pero nunca se caya. Ruge porque se mueve, porque fluye. No importa si tiene mucha o poca agua, mucha o poca fuerza. Puede tapar las piedras o pasarles por debajo. Pero siempre avanza, porque está vivo.